No quiero decir con esto
que la carrera no me guste, Sí que me gusta, pero del mismo modo que
cualquier otra forma de trabajo duro le gusta a quien lo practica con
pasión. A mí me gusta correr como a un escritor le gusta escribir o
a un cirujano puede gustarle operar. Un cirujano experimentado no
sonríe mientras realiza una compleja operación. Frunce el ceño, se
concentra en su trabajo, da todo lo que sabe para hacerlo lo mejor
posible, se concentra y da precisas y complicadas instrucciones...y
acaba agotado. Del mismo modo, hasta el escritor más apasionado
siente pavor algunos días cuando se sienta ante un ordenador con la
pantalla en blanco y piensa ¿a ver que escribo hoy?. Pero un buen
cirujano no cambiaría el agotamiento posterior a una operación por
nada, como tampoco un escritor se rendirá nunca ante una pantalla en
blanco, porque el cirujano es cirujano y el escritor es escritor,
mejores o peores pero lo intentarán hacer lo mejor que sepan y
puedan. Les gusta la experiencia y es una expresión de quien son
realmente.
Los corredores, o por lo
menos los que yo conozco, sienten lo mismo ante una carrera. Una dura
y agotadora experiencia le queda por delante, los dejará agostados
pero felices de haber terminado. Algunos días da hasta miedo empezar
a correr, no tendrás ganas, hará frío, estarás cansado, pero
correrás porque la experiencia de la carrera nos gusta, como una
expresión de quién somos realmente, el correr es parte de nosotros.
Una vez leí un artículo
de Mihaly Csíkszentmihályi
(si, tuve que copiar el nombre de internet,jajajaja...)
profesor de psicología en la Universidad de Claremont (California) y
fue jefe del departamento de psicología en la Universidad de Chicago
y del departamento de sociología y antropología en la Universidad
Lake Forest. Ha destacado por su trabajo acerca de la felicidad, la
creatividad, el bienestar subjetivo y la diversión, pero es más
famoso por su creación de la idea de flujo, esboza su teoría de que
la gente es más feliz cuando está en un estado de
"fluir"-concentración o absorción completa en la
actividad o situación en la que se encuentran. Es algo que todos
hemos percibido más de una vez, y se caracteriza por una sensación
de gran libertad, gozo, compromiso y habilidad, durante la cual las
sensaciones temporales (la hora, la comida y el yo) suelen ignorarse,
aunque quizás muchos (o los pocos que leerán esto) asemejen esa
sensación con otra que no es la de correr (el amor). El fluir es lo
que se siente al correr, y es de alguna manera algo muy diferente a
la diversión, en la mayoría los casos, porque requiere un duro
trabajo. Aunque en muchos sentidos, es mejor que la diversión.
Correr no es divertido, pero los mejores días se convierte en algo perfecto.
La
carrera te enseña que existe una diferencia entre trabajar duro y
sentirse mal. La cultura del consumismo actual intenta enseñarnos
una cosa ¿Cuántos anuncios de televisión, prensa y radio hablan de
como “hacernos la vida más fácil”? Si todo lo que supiéramos
de la vida lo aprendiéramos de la televisión, la prensa o la radio,
nuestro objetivo sería vivir lo más tranquila, cómoda y
apaciblemente posible (me recuerda a una película que vivían sus
vidas en una cama conectados a un ordenador, no recuerdo cual ahora).
Creeríamos entonces que las únicas sensaciones buenas son los
placeres sensuales, como beberse un refresco, la diversión de
conducir un coche caro y tumbarse en la playa a coger sol.
Pero
eso no es cierto. Poner a prueba la mente y el cuerpo, incluso hasta
el punto de llegar al agotamiento, el fracaso y el colapso total del
cuerpo, puede ser tan maravilloso como cualquier otra cosa que la
vida pueda ofrecer. Supongo que el hecho de disfrutar del trabajo
duro es más un gusto adquirido que un placer o una diversión, pero
una vez adquirido, uno puede sentirse bien de más formas y la vida
será mucho mejor. Más duro y mejor.
Cuando
corro, mi tiempo es para mí, sin molestarme en pensar en horarios,
ni obligaciones ni ninguna otra preocupación que ronde por mi cabeza
ese día. La mayoría de la gente corre una carrera para ver quien es
el más rápido, yo soy pésimo corriendo (yo lo sabrán), pero yo no
corro para ver si soy más rápido que nadie, yo corro una carrera
para ver quien tiene más agallas. Intento no correr con las piernas,
sino con el corazón..y por eso cada carrera me hace feliz. Uno ha de
darse cuenta de que puede ser su propio héroe, de perseguir sus
sueños y de escuchar a su corazón..es ahí donde está la verdadera
victoria.
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